ÉTICA, MORAL
Y POLÍTICA.
ANALIZA Y RESPONDE.
FECHA DE ENTREGA 08/05/20, gmail: munozhdario@gmail.com
¿Cuándo nos enfrentamos a un problema ético?
Veamos algunas situaciones:
1) Soy un funcionario público,
un jefe me ordena realizar una compra de alimentos con sobre precios ¿Debo
cumplir esa orden?
2) Soy testigo en un juicio. Mi testimonio es importante. Vi como
unos hombres vestidos con camperas negras mataban a golpes a otro hombre. Hoy
es el día en que debo declarar. Recibo un llamado telefónico. Una voz gruesa
que me amenaza: “si decís la verdad te liquidamos” ¿Qué hago? ¿Debo mentir?
3) Me fue mal en un examen de matemática. Estudié, pero es una
materia que me resulta muy difícil. No la entiendo. Mi mamá se preocupa mucho
cuando me desaprueban, no quiero darle un disgusto. ¿Qué hago? ¿Debo decirle la
verdad a mi madre, aunque la haga sufrir?
4) En la escuela la mayoría de mis compañeros se burlan de un alumno
nuevo porque es extranjero y habla mal el castellano. No me gusta que lo traten
así, pero son mis amigos y no quiero pelearme con ellos. ¿Debo hacer lo que
hace la mayoría?
5) Voy caminando por la playa, estoy solo, de pronto escucho un
grito, es alguien que se está ahogando y pide auxilio. Lo reconozco, es mi
enemigo, lo odio. ¿Qué hago? ¿Debo ayudarlo? Nadie me ve ni me va a reprochar
nada, ¿debo ayudarlo igual?
6) Prometí a un amigo devolverle hoy el dinero que me prestó la
semana pasada. Tengo la plata, pero si se lo devuelvo no podré comprar la
entrada a un recital que quiero ir. ¿Debo cumplir mi promesa o comprar esa
entrada?
¿Qué tienen en común estas situaciones? En todas ellas se plantean problemas
que involucran a otras personas. La solución de las mismas no me afecta solo a
mí, sino también a otras personas que sufrirán las consecuencias de mis
decisiones y de mis acciones.
Todos en ciertas circunstancias, nos planteamos problemas de este
tipo. Los problemas éticos son problemas cuya solución tienen efectos en otras
personas. Cuando tomamos este tipo de decisiones y actuamos en consecuencia
estamos realizando una conducta moral. Una conducta de este tipo puede ser
calificada como “buena” o “mala” por nosotros mismos y por los demás.
Atribuimos valor moral a un acto que tiene consecuencias que afectan a otros
individuos.
Los actos que no tienen consecuencias para los demás, no son objeto de
una calificación moral. Cuando nos planteamos un problema ético, no encontramos
respuestas en las órdenes que nos dan nuestros mayores o nuestros jefes,
tampoco las encontramos en las costumbres o en lo que opina la mayoría ni en
las reglas de conducta que nos han enseñado. Todas estas pautas pueden
orientarnos en nuestras decisiones, pero no pueden darnos “la solución”.
Es lo que puede verse en las situaciones planteadas como ejemplos: sé
que debo ayudar a los demás cuando se encuentran en apuros, pero ¿debo ayudar a
alguien que no quiero y que considero mi enemigo por los daños que me causó en
el pasado? Sé que debo cumplir mis
promesas, pero ¿debo cumplirlas cuando hacerlo me perjudica en algún sentido? Sé
que debo cumplir las órdenes de mis superiores, pero ¿debo hacerlo cuando son
inmorales? Sé que debo cuidar a mis
amistades, pero ¿debo hacer lo que mis amigos hacen, aunque sepa que está mal,
para conseguir su aprobación?
ÉTICA Y MORAL
Se utilizan con mucha frecuencia los términos “ética” y “moral”. Se dice,
por ejemplo, “no es ético hablar de alguien en su ausencia”; “los jueces deben
ser intachables desde el punto de vista moral y ético”; “es inmoral que un
asesino sea entrevistado por un periodista y que sus palabras sean difundidas
por televisión”; “la corrupción ataca nuestros valores éticos y morales”, etc.
Desde el punto de vista etimológico, “ética” y “moral” tiene un mismo
significado. Ética, proviene de la palabra griega “ethos” y significa
“costumbre, hábito”.
Moral, proviene de la palabra latina “mos” y también significa
“costumbre, hábito”.
Sin embargo, se suele hacer una distinción entre ambos términos. La
moral es el conjunto de normas que consideramos justas y obligatorias. Estas
normas regulan nuestra conducta y pueden ser diferentes según la cultura y la
época a la que pertenezcamos. Por ejemplo, los diez mandamientos son un
conjunto de normas que conforman parte de la moral judeo-cristiana. Cuando juzgamos
la conducta de los demás o cuando decidimos que hacer en una situación
determinada, tenemos en cuenta estas normas. La moral que rige en nuestra
sociedad no ha sido inventada por nosotros, pero somos nosotros, quiénes la
aplicamos.
Conviene hacer una diferencia entre las normas morales y las
jurídicas. Estas últimas son establecidas por el Estado con carácter de
obligatorias y es el Estado el que establece las sanciones para quienes no las
cumplan. Los individuos están obligados a cumplir las normas jurídicas, aunque
no estén de acuerdo con ellas. Las normas morales, en cambio, no están escritas
en un código, ni contienen sanciones concretas. Las sanciones a las que nos
sometemos cuando incumplimos normas morales están relacionadas con el rechazo o
desaprobación de nuestros semejantes, repudio, menosprecio, desconfianza, etc.
Otra diferencia respecto de las normas jurídicas es que las morales obligan a
quienes las consideran justas, la persona que actúa “bien” lo hace porque está
convencida de que esa es la forma correcta de actuar. La ética es la reflexión
sobre por qué esas normas nos parecen justas y obligatorias: la ética es una
reflexión sobre la moral. Nuestra moral dice que no se debe mentir. La ética se
pregunta ¿por qué no se debe mentir? La ética trata de explicar la conducta
moral.
La ética estudia las diferentes morales y sus cambios a lo largo del
tiempo, tratando de discernir a qué llamamos “bondad” y “maldad”. Trata de
definir qué es lo bueno; se interesa por dar las razones de cómo debería ser.
La ética, no es un conjunto de normas, es una reflexión sobre ellas.
Existen diferentes morales, los caníbales, por ejemplo, no consideran
malo comer carne humana. La ética estudia las diferentes morales y se pregunta:
¿existe una mejor que otra? ¿es posible plantear criterios universales para
determinar si una conducta es correcta? ¿se puede afirmar que existe progreso
moral?
En la mayoría de las situaciones en que se nos plantea un problema
moral, lo resolvemos acudiendo a las normas que consideramos obligatorias sin
preguntarnos por qué. Pero a veces nos surge la pregunta: ¿qué debo hacer en
esta ocasión? Y sentimos que la respuesta no es clara, que no consiste en
acatar mecánicamente una regla. Es en estas ocasiones cuando nos hacemos una
pregunta de tipo ético.
Las normas morales, si bien regulan nuestra conducta y nos permiten
saber como actuar y como juzgar la conducta de los demás, no son de aplicación
automática, si lo fueran no surgiría la necesidad de reflexionar sobre ellas.
ÉTICA POLÍTICA.
Si la política es el arte de gobernar a los pueblos, la ética es el
arte de gobernarse a sí mismos. La ética es una disciplina filosófica que
fundamenta los criterios para actuar con relación a uno mismo y con los demás.
Buena parte de las discusiones sobre la ética teórica también se presenta en
las decisiones cotidianas, cuando una persona tiene que escoger como orientarse
y tomar decisiones en la vida. Ahora bien ¿cómo se relaciona la ética personal
con la ética pública? Para los antiguos griegos, el campo de la política se
vinculaba directamente con la reflexión ética, pues la vida pública tenía
dimensiones mucho más amplias que hoy, en tanto el individuo no se había
recluido en el ámbito de su vida privada. La felicidad de cada ciudadano estaba
asociada a la felicidad de la Polis, y, por eso, en el pensamiento de
Aristóteles, la ética desembocaba en la política y se subordinaba a ella, en la
medida en que la voluntad individual tenía que subordinarse a la voluntad de
toda una comunidad. Al mismo tiempo la política permitía que el Estado educara
a los hombres en las diferentes virtudes y, particularmente en la justicia. En
este sentido la educación de los gobernantes resultaba imprescindible para
evitar que se cometieran actos indebidos. Esta conducta no se lograría solo a
través de controles externos en la función pública, sino que se fomentaría
principalmente a través de la sensibilización y el desarrollo de la conciencia,
es decir, de principios éticos asumidos conscientemente por las personas que se
ocupan de los asuntos públicos. Esta relación estrecha entre ética y política
se continuo durante el período del medioevo durante el cual el pensamiento
cristiano deducía los mandatos morales de la fé religiosa y subordinaba la
política a esos mandatos.
En el siglo XVI, Nicolás Maquiavelo planteó un pensamiento provocador
al proponer una diferencia tajante entre la política y la moral. Desarrolló su
pensamiento en el contexto de un proceso histórico en el que las metas
religiosas iban perdiendo centralidad en la vida de cada hombre y eran
reemplazadas por la búsqueda de progresos materiales. De este modo los desafíos
de la sociedad se volcaban cada vez más a alcanzar la riqueza, gloria, poder y
conocimiento. En su obra “El Príncipe”, Maquiavelo valora la fuerza y la
astucia como virtudes principales de un gobernante, que conoce la naturaleza
competitiva e interesada de quiénes lo rodean. Maquiavelo deja de lado la
pureza y la bondad que pregonaba la moral cristiana, y considera que es
preferible ser temido a ser amado, y que ser bueno políticamente es saber
escoger cuando conviene apegarse a las normas éticas y cuando alejarse de
ellas. En consecuencia, Maquiavelo considera que un buen fin, una intención
valiosa, podría justificar la adopción de medios éticamente reprochables: robar
para hacer justicia, mentir para lograr la libertad; matar para garantizar la
paz, etc.
LA ETICA DE LOS GOBERNANTES Y DE LOS CIUDADANOS.
Las reflexiones de Aristóteles y Maquiavelo establecieron algunas
orientaciones que pueden ser utilizadas para ver las relaciones actuales entre
la ética y la política. A veces la eficiencia de los dirigentes políticos puede
entrar en conflicto con su entereza moral. ¿Qué rasgos son preferibles?
Cuando escuchamos comentarios de la gente que valora a un gobernante
porque “roba pero hace” o que afirma que “corrupción hubo siempre”, observamos
la renuncia a exigir ética pública. En el otro extremo encontramos que hay
sociedades en las que se evalúa también la ética de los gobernantes y se espera
que no haya mentiras o falsedades en su vida cotidiana. Esta mirada sobre la
ética de los gobernantes requiere pensar también la ética de los ciudadanos,
pues hay modalidades de corrupción en todos los estratos. Cuando una persona
antepone su interés al de todos los demás, cuando se apropia de lo que es
público, cuando soborna a una autoridad, o miente ante los representantes de la
ley, también puede ser cuestionada éticamente. Las responsabilidades de los
gobernantes son mayores, porque sus decisiones afectan a toda la sociedad y
acceden a información que no tienen derecho a usar en beneficio propio. Por eso
la ética de los líderes políticos es una cuestión relevante a la hora de
depositar la confianza en ellos. Sin embargo, es conveniente advertir que
muchos dirigentes expresan, en sus actos y opiniones, la moral media de la
sociedad que integran. En consecuencia, promover actitudes justas y solidarias
en la sociedad es también una forma de mejorar la ética de los gobernantes.
¿Siempre es bueno ser bueno?
Nicolás Maquiavelo, “El Príncipe”, fragmento: “Hay tanta distancia
entre saber cómo viven los hombres y cómo debieran vivir, que el que para
gobernarlos aprende el estudio de lo que se hace para deducir lo que sería más
noble y más justo hacer, aprende más a crear su ruina que a preservarse de
ella, puesto que un príncipe que a toda costa quiere ser bueno, cuando de hecho
está rodeado de gente que no lo son, no puede menos que caminar a un desastre.
Por ende, es necesario que un príncipe que desee mantenerse en su reino,
aprenda a no ser bueno en ciertos casos, y a servirse o no de su bondad, según
lo que las circunstancias le exijan.”
El buen gobernante
Aristóteles, “Política” fragmento: “Decimos, en efecto, que el buen
gobernante es hombre bueno y prudente (…) El buen ciudadano debe tener el
conocimiento y la capacidad tanto de obedecer como de mandar. Esta es pues la
virtud del ciudadano: ser entendido en el gobierno de los hombres libres en uno
y otro respecto. Ahora bien, ambas virtudes son propias del hombre bueno, por
más que la templanza y la justicia del gobernante sean específicamente
diferentes de la de los gobernados, no obstante ser estos hombres libres.”
LA POLITICA SEGÚN EL PAPA FRANCISCO
Papa Francisco advierte sobre cuál debe ser el rol de la política:
“La política es un vehículo fundamental para edificar
la ciudadanía y la actividad del hombre, pero cuando aquellos que
se dedican a ella no la viven como un servicio a la comunidad humana, puede
convertirse en un instrumento de opresión, marginación e incluso de
destrucción.” Y se profundiza un concepto a menudo empleado por Francisco de la
política como servicio de caridad:
“En efecto, la función y la responsabilidad política constituyen un
desafío permanente para todos los que reciben el mandato de servir a su país,
de proteger a cuantos viven en él y de trabajar a fin de crear las condiciones
para un futuro digno y justo. La política, si se lleva a cabo en el respeto
fundamental de la vida, la libertad y la dignidad de las personas, puede
convertirse verdaderamente en una forma eminente de la caridad.”
“Cuando el ejercicio del poder político apunta únicamente a
proteger los intereses de ciertos individuos privilegiados, el futuro está en
peligro y los jóvenes pueden sentirse tentados por la desconfianza, porque se
ven condenados a quedar al margen de la sociedad, sin la posibilidad de
participar en un proyecto para el futuro. En cambio, cuando la política se
traduce, concretamente, en un estímulo de los jóvenes talentos y de las
vocaciones que quieren realizarse, la paz se propaga en las conciencias y sobre
los rostros. Se llega a una confianza dinámica, que significa “yo confío en ti
y creo contigo” en la posibilidad de trabajar juntos por el bien común. La
política favorece la paz si se realiza, por lo tanto, reconociendo los carismas
y las capacidades de cada persona.”
La confianza para Francisco nace de una relación personal con la
gente, con el pueblo, diríamos “en un cuerpo a cuerpo”; esto no significa un
populismo desencarnado, sino una popularidad que nace de una rectitud moral y
ética. Y aquí es muy paradigmático lo que el cardenal Bergoglio decía en 2004
en una Jornada de pastoral Social de la Arquidiócesis de Buenos Aires sobre la
necesidad de redescubrir la política:
“Obviamente que ejercer la política, cuando se hace desde esta
óptica y con vocación y dedicación, exige testimonio, el testimonio, el
martirio, o sea que hay una dimensión martirial de la política, donde uno muere
a si mismo por el bien común. Ahí radica la diferencia entre el mediador y el
intermediario. El político es fundamentalmente un mediador que escucha la voz
de su pueblo, ve lo viable de las cosas y va mediando, llevando adelante para
el bien común; pero en ese mediar se desgasta, muere; el mediador siempre
pierde, pierde el en favor del pueblo.” Y estigmatiza cuando el político se
reduce a ser un intermediario:
“En cambio el intermediario es aquel que, frente a un conflicto,
por ejemplo, saca de acá, saca de este otro lado y trata de pegar la cosa. Es
un intermediario, no es un mediador, y gana en función de los conflictos; o
sea, el intermediario es el minorista, es el almacenero con la máquina de
cortar fiambre, que compro a cuatro, vendo a seis, gano dos. El político no es
un intermediario, debe ser un mediador, donde se le va la vida en ese trabajo,
de ahí la nobleza”.
ACTIVIDADES:
1) Elaborar una definición de Moral
y de Ética.
2) En qué casos puede hablarse
de un “problema ético”? Dar 1 ejemplo
3) Qué relación puede establecerse entre cultura y moral?
4) Explica la diferencia entre una norma moral y una norma jurídica. Dar
1 ejemplo de cada una.
5) Explica con tus palabras los fragmentos de Maquiavelo y de
Aristóteles en cuanto a la ética política de los gobernantes. Indica cual sería
la diferencia principal entre ambas.
6) Qué relación puede establecerse entre la ética de los gobernantes
y la de los ciudadanos?
7) Tomando lo expresado por el Papa Francisco ¿Qué análisis puedes realizar de la realidad política argentina?