¡¡Buen día, segundos!! ¿Cómo vamos? Seguimos trabajando el tema de la evolución histórica del concepto de ciudadanía. A esta altura, ya se habrán dado cuenta de que las cosas no siempre fueron como son ahora y de que muchas luchas fueron necesarias para que, incluso con los defectos y asignaturas pendientes que podamos encontrar, sectores de la población que no podían acceder a los derechos políticos, lo hagan. Hemos analizado tres hechos puntuales: la Revolución del Parque, donde una oposición al régimen conservador de Miguel Juárez Celman conformada por varios sectores, dijo basta a un gobierno que además de no lograr dar solución a los grandes problemas económicos y sociales que se vivían en la época, seguía dentro de la política de elecciones fraudulentas y el voto "cantado", con todo lo que eso conllevaba. Si bien la rebelión fue sofocada por el gobierno, ese hecho culminó con la renuncia del presidente J. Celman y las cosas ya no volverían a ser como antes.
La Ley Sáenz Peña, sancionada en 1912, puso fin al voto cantado, optativo y elitista, y si bien no garantizó la real universalidad (por no incluirse aún a las mujeres), dispuso el sufragio secreto, universal masculino y obligatorio. Además, intentó sistematizar el registro de hombres en condiciones de votar a partir de la conformación del padrón electoral, tomando los datos de los registros del Servicio Militar.
La Ley de Voto Femenino, sancionada en 1947 gracias al impulso de activistas feministas y de Eva Perón, hizo posible que en el mismo año, las mujeres sanjuaninas pudiesen votar en elecciones provinciales y el resto de las mujeres del país pudieran hacerlo en las elecciones presidenciales del año 1951.
Como vemos, fueron cambios muy profundos que no se dieron automáticamente sino que requirieron del esfuerzo y la lucha comprometida y sostenida de tantos quienes anhelaron una sociedad más inclusiva y la posibilidad de hacer oír su voz. No les resultó nada fácil, debieron enfrentarse con sectores muy poderosos que no estaban dispuestos a ver peligrar su situación privilegiada y que veían en esos avances, una amenaza para ésta. Ciertos gobiernos, emparentados con estos grupos económicos para cuyo beneficio exclusivo gobernaban, entorpecían y reprimían enérgicamente los reclamos, manifestaciones, huelgas, y toda aquella expresión que consideraran "peligrosa". Claro, a ciertos grupos minoritarios de poder, no les convenía para nada, el acceso de estos sectores al ámbito político. Pero no lograron, pese a tantas y tan violentas medidas que se tomaron, acallar lo que ya estaba instalado: el hartazgo de quedar siempre afuera y no ser objeto de los derechos de los que esa minoría gozaba.
Les voy a pedir que copien en la carpeta lo que acabo de explicarles, que no es otra cosa más que un análisis un poquito más profundo de los hechos sobre los que ustedes investigaron.
Luego de eso, les voy a pedir que piensen (no que busquen en ningún lado) sino que piensen ustedes y anoten qué derechos (además de los políticos, como vimos) les parece que tampoco les eran reconocidos a estas personas. No les pido que me digan artículos de la Constitución ni mucho menos, sólo que anoten todo aquello que ustedes imaginen que hacia fines del siglo XIX no les era reconocido a las personas que no pertenecían a esos grupos privilegiados. Es decir, los sectores trabajadores, niños, extranjeros, gente de bajos recursos, mujeres... ¿qué derechos de los que hoy gozan en esa época no los tenían?
Los dejo pensando, no vale no poner nada o poner "no sé, no se me ocurre nada" ni cosas por el estilo.
A medida que lo tienen listo, me lo van mandando (hasta el día martes 8/9).
¡¡¡¡¡VAMOS LOS QUE AÚN NO ME MANDARON EL TP 2!!!!!
Un beso,
Mariana