TALLER DE
ACCIÓN Y REFLEXIÓN 1 A 1 B
SEGUIMOS TRANSITANDO LA CUARESMA, LEE, ¡REZA Y POR ÚLTIMO
CONTESTA LAS PREGUNTAS PROPUESTAS!
FECHA DE
ENTREGA: VIERNES 03/04/20, MAIL: munozhdario@gmail.com
UNA RATO
DE ORACIÓN
PARA QUEDARTE EN CASA CON DIOS
Para vos que elegís cuidarnos mutuamente quedándote en casa,
este rato de encuentro con Jesús donde estés...
Primero vas a encontrar una sugerencia de “pasos para tu
oración”, y un material de apoyo.
¡Que lo disfrutes!
0. Preparo la oración: elegí un lugar tranquilo, podés preparar un cuadrito
de Jesús O uno de la Virgen...
1. Me pongo en presencia: me sereno y siento
que Dios está conmigo. Empiezo mi oración con la Señal de la Cruz.. Puede
ayudarte repetir de vez en cuando alguna frase breve que te ayude a rezar -“Acá
estoy”, o “Jesús, en vos confío”, “Me amó y se entregó por mí”, etc.- o poner
algo de música instrumental de fondo.
2. Propuestas para la oración: vas a encontrar distintas
oraciones, canciones y “sugerencias” para la oración, inspiradas en el
Evangelio del Domingo (¡te puede ayudar una Biblia!). Te recomendamos que elijas
lo que más te guste para rezar un rato. Si querés, podes tener también varios
momentos en la semana aprovechando una sugerencia para cada día. Disfrutá los
puntos; no es cuestión de “completar” todo sino de “saborear” dejando el
corazón en lo que vayas rezando, y lo más importante, abriéndome al encuentro
con Dios.
3. Despedida: al final, tomate algunos minutos para
contarle a Dios lo que te llevás de este encuentro, lo que le pedís o
agradecés. Terminá hablando con Jesús sobre tu oración, al final podés cerrar
con la señal de la Cruz.
Una ayuda para “preparar tu oración”
Muchas veces creemos que Dios no nos habla. Sin embargo, eso
no es del todo cierto. Dios sí lo hace, y de distintas maneras. Lo que sucede,
muchas veces, es que nosotros no hacemos silencio para escucharlo. Y no nos
referimos únicamente al silencio físico, sino también a la predisposición, al
espacio y al tiempo necesarios para abrir nuestro corazón y disfrutar su voz.
En estos momentos, tan desafiantes, es llamativo el silencio que nos rodea. El
silencio de nuestro barrio, de nuestra ciudad. Basta con salir al balcón, a la
ventana, al patio, para notarlo. No se escucha el ruido de los colectivos, ni
las bocinas de los autos, ni los pasos de la gente corriendo de un lado al
otro, tampoco las voces de los niños entrando o saliendo del colegio, el
murmullo y las risas del after office, entre tantas otras cosas. Es realmente
impactante. De una vez, y quizás a la fuerza, se nos presenta la oportunidad de
vivir el silencio. De disfrutarlo, de degustarlo, de rumearlo, y poder
escucharnos a nosotros mismos, a Dios y su mensaje, a través del Evangelio. Sin
más introducciones, te proponemos este ratito de interioridad y contemplación.
Acomódate en el lugar que más te guste de tu casa: tu habitación, la cocina, el
living, el balcón, el patio, ¡donde quieras!. Llévate todo lo que necesites
para estar cómodo, a modo de no interrumpirte o distraerte luego. Nosotros te
vamos a pedir que tengas a mano tu celular, una hoja y un lápiz. Vos sumale lo
que te parezca que pueda ayudarte: un aguayo, una velita, un rosario, una
imagen, un rico perfume. Nadie más que vos sabe bien lo que te gusta, lo que te
hace sentir en paz. Bueno, Dios también lo sabe.
1| ME PONGO EN PRESENCIA
Te invitamos a sentarte, a inspirar hondo y hacer consciente
la respiración, a estirar los brazos y las piernas. Te recomendamos buscar una
posición cómoda… mirá a tu alrededor, contemplá el lugar que elegiste. Estas aquí y ahora. Sentí la calma, la tranquilidad, y comenzá a
habitar el silencio. Podes quedarte unos segundos con los ojos cerrados,
disfrutando. (¡Ojo, no te quedes dormido! Igualmente, si lo haces, ¿qué
problema hay? ¡Tiempo sobra!). Si no te dormiste, te proponemos una canción que
puede ayudarte a encontrarte con Jesús... Te dejamos el link para que la
busques en tu celu. (¡Ey, WhatsApp puede esperar!)
La resurrección de Lázaro
Voy buscando
la mejor manera
voy tratando de aprender
voy remando y a veces sin fuerza
pero sufrir
me hizo crecer
Y por cada piedra en el camino
Y por cada piedra en el camino
me regalaste
otro amanecer
Me enseñaste
a amar
amar
sin obligar
amar sin
esperar
Me enseñaste
a amar
amar es renunciar
amar
es entregar
Me enseñaste
que amar
se empieza
sin saber
amar hay que aprender
amar sin entender
Me enseñaste que amar
se empieza sin saber
amar hay que aprender
amar sin entender
en tus caminos
me caigo y me pierdo
eso me ayuda a pelear
me abrazaste y me diste tu mano
y ahora solo resta confiar
que entre tan perfectas melodías
me regalaste tu mejor canción
Me enseñaste que amar
se empieza sin saber
amar hay que aprender
amar sin entender
en tus caminos
me caigo y me pierdo
eso me ayuda a pelear
me abrazaste y me diste tu mano
y ahora solo resta confiar
que entre tan perfectas melodías
me regalaste tu mejor canción
Evangelio del
Domingo 29/03/20: LA RESURRECCIÓN DE LÁZARO (Jn 11, 1-45, fragmentos.)
Había un hombre enfermo,
Lázaro de Betania, del pueblo de María y de su hermana Marta. María era la
misma que derramó perfume sobre el Señor y le secó los pies con sus cabellos.
Su hermano Lázaro era el que estaba enfermo. Las hermanas de Lázaro enviaron a
decir a Jesús: ”Señor, el que tú amas, está enfermo”.Al oír esto, Jesús dijo:
”Esta enfermedad no es mortal; es para gloria de Dios, para que el Hijo de Dios
sea glorificado por ella.”Jesús quería mucho a Marta, a su hermana y a Lázaro.
Sin embargo, cuando oyó que éste se encontraba enfermo, se quedó dos días más
en el lugar donde estaba. Después dijo a sus discípulos: ”Volvamos a Judea”.Al
enterarse de que Jesús llegaba, Marta salió a su encuentro, mientras María
permanecía en la casa. Marta dijo a Jesús: ”Señor, si hubieras estado aquí, mi
hermano no habría muerto. Pero yo sé que aun ahora, Dios te concederá todo lo
que le pidas.”Jesús le dijo: ”Tu hermano resucitará.”Marta le respondió: ”Sé
que resucitará en la resurrección del último día.” Jesús le dijo: ”Yo soy la
Resurrección y la Vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que
vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?” Ella le respondió: ”Sí,
Señor, creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que debía venir al
mundo.”Jesús, conmovido y turbado, preguntó: ”¿Dónde lo pusieron?”Le
respondieron: ”Ven, Señor, y lo verás.” Y Jesús lloró. Los judíos dijeron:
”¡Cómo lo amaba!” Pero algunos decían: ”Este que abrió los ojos del ciego de
nacimiento, ¿no podía impedir que Lázaro muriera?” Jesús, conmoviéndose
nuevamente, llegó al sepulcro, que era una cueva con una piedra encima, y dijo:
”Quiten la piedra.” Marta, la hermana del difunto, le respondió: ”Señor, huele
mal; ya hace cuatro días que está muerto.” Jesús le dijo: ”¿No te he dicho que
si crees, verás la gloria de Dios?
Entonces quitaron la piedra,
y Jesús, levantando los ojos al cielo, dijo: ”Padre, te doy gracias porque me
oíste. Yo sé que siempre me oyes, pero lo he dicho por esta gente que me rodea,
para que crean que tú me has enviado.” Después de decir esto, gritó con voz
fuerte: ”¡Lázaro, ven afuera!” El muerto salió con los pies y las manos atados
con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: ”Desátenlo para
que pueda caminar.” Al ver lo que hizo Jesús, muchos de los judíos que habían
ido a casa de María creyeron en Él.
SUGERENCIAS PARA LA ORACIÓN
Este pasaje está lleno de gestos de Amor. Amor
del bueno. Amor profundo, gratuito y sincero. Amor que es palabra y obra, de
Jesús y de otros personajes, y que nos invitan a reflexionar...
1. Por un lado, nos encontramos con Lázaro,
hermano de María y Marta, y amigo de Jesús. Él está enfermo, dolorido, con
mucha fiebre. Lázaro hoy son todas aquellas personas que están sufriendo, por
la enfermedad, por la indiferencia o por la injusticia. Lejos de ser una cifra
o un número más, son rostros, nombres, hermanos, amigos. Son personas, a las
que les debemos nuestro respeto y oración
2. Por otro lado, se encuentran María y Marta que
cuidan de su hermano. Ellas hoy son todas aquellas personas a las que les toca
estar afuera… lejos de sus familias, de sus hogares. Son todos aquellos hombres
y mujeres, que han sido llamados a cuidar al hermano que hoy más lo necesita
3. Y, por último, está Jesús. Él se conmueve y,
ante el dolor del hombre, actúa.
Podés ayudarte a pasar la realidad de
estos días con una canción que te dejamos a continuación:
VOLVEREMOS A JUNTARNOS
La
oreja de Van Gogh
Días tristes
Nos cuesta mucho estar muy solos
Buscamos mil maneras de vencer la estupidez
Meses grises
Es tiempo de escondernos
Tal vez sea la forma de encontrarnos otra vez
Nos cuesta mucho estar muy solos
Buscamos mil maneras de vencer la estupidez
Meses grises
Es tiempo de escondernos
Tal vez sea la forma de encontrarnos otra vez
Pero
son las 8 y has salido a aplaudir a tu ventana
Me dan ganas de llorar
Al vernos desde lejos tan unidos
Empujando al mismo sitio
Solo queda un poco más
Me dan ganas de llorar
Al vernos desde lejos tan unidos
Empujando al mismo sitio
Solo queda un poco más
Volveremos
a juntarnos
Volveremos a brindar
Un café queda pendiente en nuestro bar
Romperemos ese metro de distancia entre tú y yo
Ya no habrá una pantalla entre los dos
Volveremos a brindar
Un café queda pendiente en nuestro bar
Romperemos ese metro de distancia entre tú y yo
Ya no habrá una pantalla entre los dos
Ahora
es tiempo de pensar y ser pacientes
Confiar más en la gente
Ayudar a los demás
Mientras tanto otros cuidan a los pacientes
Un puñado de valientes
Que hoy tampoco dormirán
Confiar más en la gente
Ayudar a los demás
Mientras tanto otros cuidan a los pacientes
Un puñado de valientes
Que hoy tampoco dormirán
Pero
son las 8 y has salido a aplaudir a tu ventana
Me dan ganas de llorar
Al vernos desde lejos tan unidos
Empujando al mismo sitio
Solo queda un poco más
Me dan ganas de llorar
Al vernos desde lejos tan unidos
Empujando al mismo sitio
Solo queda un poco más
Volveremos
a juntarnos
Volveremos a brindar
Un café queda pendiente en nuestro bar
Romperemos ese metro de distancia entre tú y yo
Ya no habrá una pantalla entre los dos
Volveremos a brindar
Un café queda pendiente en nuestro bar
Romperemos ese metro de distancia entre tú y yo
Ya no habrá una pantalla entre los dos
Y
después de pasar la cuarentena
Habremos hecho puente que unirá
Mi puerta al empezar la primavera
Y la tuya que el verano me traerá
Habremos hecho puente que unirá
Mi puerta al empezar la primavera
Y la tuya que el verano me traerá
Volveremos
a juntarnos
Volveremos a brindar
Un café queda pendiente en nuestro bar
Romperemos ese metro de distancia entre tú y yo
Ya no habrá una pantalla entre los dos
Volveremos a brindar
Un café queda pendiente en nuestro bar
Romperemos ese metro de distancia entre tú y yo
Ya no habrá una pantalla entre los dos
1) ¿Qué te gusta de esta canción? ¿Te
sentís identificado con algo? ¿Qué palabra o frase te queda resonando?
2) Recuerdas la primera canción, ¿crees
qué puedes aplicarla a la situación que estamos viviendo, la cuarentena provocada
por el coronavirus? ¿qué situaciones del día a día te molestan? ¿ante situaciones
que te enojan o decepcionan a quién le pides ayuda?
3) ¿Por quién queres rezar hoy? ¿Qué
nombre o rostro se te vino a la mente? Te proponemos escribirlo.
4) Seguro hay algún familiar o conocido,
al que le toca seguir con sus responsabilidades y tareas. Te invitamos a
escribir su nombre.
5) ¿Qué sensaciones me produce la lectura
del evangelio propuesto? ¿qué cosas quiero que hoy Jesús me ayude a mejorar?
¿Cómo quiero actuar de ahora en más?
#YO ME QUEDO EN CASA