¡¡¡Lee atentamente, como comunidad nos preparamos
para festejar de la mano de las Madre Rosaura Puebla, la alegría de llevar a
Jesús a quienes necesitan!!!
JUBILEO
CONGREGACIONAL
“125 AÑOS DE VIDA QUE
CONTAR Y CONTINUAR SIENDO ARTE Y PARTE DE LO NUEVO”
¡ANÍMATE A CONOCER MÁS…!
En este año 2020 Celebramos el Jubileo
de los 125 años de fundación de la congregación “Hermanas Dominicas
del Santo Rosario” fundación Mendocinas. Por eso queremos irte
invitando a conocer un poco más sobre el estilo de vida que llevan las
Hermanas.
Una pregunta importante hacernos seria:
-
¿por
qué también lo celebramos nosotros? Porque somo miembros
de también de esta comunidad, ya que pertenecemos a la comunidad educativa “Instituto
Guardia de Honor del Santísimo Rosario”, por eso como comunidad tenemos
que estar de fiesta, estar en sintonía con ellas. Ya que, gracias a la
iniciativa, deseo y convicción de seguir el modo de vida de Jesús
como enseña el Evangelio, Madre Rosaura Puebla, funda la congregación
para dar testimonio de Jesús en los lugares donde más necesitan de Jesús.
Recordando esto 125 años, el Papa Francisco en el año 2015 decreto el
“Año de la Vida Consagrada” e invitaba a los consagrados a:
1- Mirar al pasado con gratitud. Porque cada congregación tiene una
rica historia carismática. En sus orígenes se hace presente la acción de Dios
que, en su Espíritu, llama a algunas personas a seguir de cerca a Cristo, para
traducir el Evangelio en una particular “forma de vida”, a leer con “los ojos
de la fe los signos de los tiempos”, a “responder creativamente a las
necesidades de la Iglesia”. La experiencia de los comienzos ha ido después
creciendo y desarrollándose, incorporando otros miembros en “nuevos contextos
geográficos y culturales”, dando vida a nuevos modos de “actuar el carisma, a
nuevas iniciativas y formas de caridad apostólica”. Es como la semilla que se
convierte en un árbol que expande sus ramas. Poner atención en la propia
historia para mantener viva la identidad y fortalecer la unidad de la familia y
el sentido de pertenencia de sus miembros. Se trata de recorrer el camino de
las generaciones pasadas para redescubrir en la chispa inspiradora, los
ideales, los proyectos, los valores que las han impulsado, partiendo de los
fundadores y fundadoras y de las primeras comunidades.
2- Vivir el presente
con pasión. La memoria agradecida del pasado nos impulsa, escuchando atentamente
lo que el Espíritu dice a la “Iglesia de hoy”, a poner en práctica de manera
cada vez más profunda los aspectos constitutivos de la vida consagrada. Para
los fundadores y fundadoras, la regla en absoluto ha sido el Evangelio,
cualquier otra norma quería ser únicamente una expresión del Evangelio y un
instrumento para vivirlo en plenitud. Solo si Jesús es el único y primer amor,
sólo si es así, se puede amar en la verdad y la misericordia a toda persona que
encontramos en nuestro camino, porque habremos aprendido de él lo que es el
amor y cómo amar: sabremos amar porque tendremos su mismo corazón.
3- Abrazar el futuro
con esperanza: La esperanza
de la que hablamos no se basa en los números o en las obras, sino en aquel en
quien hemos puesto nuestra confianza (cf. 2 Tm 1,12) y para
quien «nada es imposible» (Lc 1,37). Esta es la esperanza que no
defrauda y que permitirá a la vida consagrada seguir escribiendo una gran
historia en el futuro, al que debemos seguir mirando, conscientes de que hacia
él es donde nos conduce el Espíritu Santo para continuar haciendo cosas grandes
con nosotros. Me dirijo sobre todo a vosotros, jóvenes. Sois el presente porque
ya vivís activamente en el seno de vuestros Institutos, ofreciendo una
contribución determinante con la frescura y la generosidad de vuestra opción.
Sois al mismo tiempo el futuro, porque pronto seréis llamados a tomar en
vuestras manos la guía de la animación, la formación, el servicio y la misión.
Este año tendréis un protagonismo en el diálogo con la generación que os
precede. En comunión fraterna, podréis enriqueceros con su experiencia y
sabiduría, y al mismo tiempo tendréis ocasión de volver a proponerle los
ideales que ha vivido en sus inicios, ofrecer la pujanza y lozanía de vuestro
entusiasmo, y así desarrollar juntos nuevos modos de vivir el Evangelio y respuestas
cada vez más adecuadas a las exigencias del testimonio y del anuncio.
Ahora los invitamos a conocer un poco más de que
se trata esto de la “Vida Religiosa” o “Congregación religiosa”:
1-
¿Qué es una congregación
religiosa?
Es una institución formada por personas que deciden libremente vivir una
vida consagrada de modo especial a Dios con la profesión de los consejos
evangélicos: castidad en el celibato, pobreza y obediencia. Esta respuesta libre a una
llamada particular de Cristo, mediante la cual los consagrados se entregan
totalmente a Dios y tienden a la perfección de la caridad sobre el movimiento
del Espíritu Santo.
Los miembros de esta congregación religiosa desean lograr un objetivo en común de dedicar formalmente su vida a Dios. Dichos miembros viven unidos por una regla establecida por el fundador de dicha orden o por la Iglesia.
Los miembros de esta congregación religiosa desean lograr un objetivo en común de dedicar formalmente su vida a Dios. Dichos miembros viven unidos por una regla establecida por el fundador de dicha orden o por la Iglesia.
2- ¿A que se dedican? O ¿Por qué surgen?
Cada congregación religiosa surge por
una “necesidad” concreta de una sociedad en un determinado tiempo. Pero lo
hacen según el “estilo de vida que llevo Jesús” (acercándose y siendo
misericordioso con los que eran discriminados en la sociedad en su tiempo; por
estar paralitico, por ser viuda, por ser ciego, por ser un corrupto, etc). De
esta forma las personas se sentían amadas por Jesús y cambiaban la vida que
llevaban.
De
esta manera, brevemente a modo de introducción sobre la “vida consagrada” les
invito a conocer el logo que representa el acontecimiento del jubileo
congregacional. Mas adelante conoceremos la historia de la fundación de la
congregación de las Hermanas Dominicas del Santísimo Rosario.
EL LOGO QUE REPRESENTA EL
ACONTECIMIENTO DEL JUBILEO CONGREGACIONAL
Enraizada en la Figura de la Madre Rosaura y
el Padre Agustín, nace y se desarrolla la Congregación Argentina de Hermanas
Dominicas del Santo Rosario. Su inicio se gesta en Mendoza representada por las
Alturas más destacadas de nuestro País, la Cordillera.
Como fruto del amor oblativo hacia la
realidad emergente y doliente, brota un racimo de vid, propia del lugar, y
representada en sus uvas, se encuentra las 10 obras; (7 colegios y 3 casas de
misión).
La Caridad y la Luz de Jesús nacida del
Evangelio hacen crecer y madurar la misión salvífica confiada a la
Congregación; promocionar al hombre necesitado a la plenitud de vida en Cristo,
mediante la Contemplación de los misterios del Rosario, representado a la
derecha, como columna vertebral de la vida dominica. Teniendo a María como guía
y la cruz bicolor dominica centrando nuestro espíritu evangélico, fraterno e
itinerante.
Los colores vivos y contrastantes simbolizan
la alegría por estos 125 años de entrega ALABANDO BENDICIENDO y PEDICANDO al
Dios Vivo.
Descripción del Logo:
La
Vid: que
representa a la Congregación tiene sus raíces en la figura de los fundadores.
La planta se nutre de la vida, virtudes y valores (audacia, creatividad y
santidad) de la Madre Rosaura y del Padre Agustín Ferreiro.
Fruto: que brota para la derecha, es madurado por
la luz y enriquecido por el amor que emana la vida de Jesús en el Evangelio.
Las
uvas: una
por cada unidad educativa y casa de misión. En ellas están todos representados,
alumnos, familias, personal, agentes educadores y consagrados. Todos son el
jugo, el dulce, el perfume, el “futuro vino”. Tienen forma de círculo, sin
vértices. Indicando que nadie queda fuera.
Evangelio: el contiene el amor misericordioso de Dios
hacia la humanidad y la Luz de la Verdad
Corazón: marco ideal para que toda vida se
geste y crezca
Sol: representa a Dios, luz sobre las sombras.
Verdad sobre error. Fe sobre desesperanza. Sus rayos trascienden el escudo
porque Dios no es para nosotros solos, No es acotado. Su luz y verdad iluminan
a toda la realidad humana.
Rosario: de 20 cuentas, simbolizando los 20 misterios
del Santo Rosario, que al contemplarlos iremos materializando nuestra misión de
llevar al hombre a Cristo
La letra M;
Santa María, Madre de Señor y madre nuestra. Nos vincula como canal directo con
su Hijo, sostiene a nuestros fundadores y a toda la obra.
Cruz
Dominica: Base
de todo el logo. La cruz contempla el misterio de la acción y misión salvífica
de Jesús hacia toda la humanidad.
Los colores blanco y negro nos dan el perfume dominico. Representan a la Orden
de predicadores y a todos los consagrados y agentes de pastoral que de ella se
desprenden. Nos indica de que forma tenemos que llevar adelante nuestra misión
en Familia.
Montañas: indican el marco donde se gestó la
Congregación ya que son representativas de Mendoza debido a que en ella se
encuentra la montaña más alta del país y del continente.