ESTAMOS DE FIESTA PORQUE CELEBRAMOS EL DÍA DE NUESTROS PADRE...
SANTO DOMINGO DE GUZMÁN
INTRODUCCIÓN:
Hoy 8 de
agosto, nosotros como parte de la gran familia dominica, celebramos junto con
toda la Iglesia el día de nuestro padre Santo Domingo de Guzmán. Nos dejos una
gran riqueza espiritual, “alabar, bendecir y predicar”, para nuestra
historia y que hoy en nuestros días continúa dando frutos. Él con su fe,
audacia, convicción, humildad fundo la Orden de los Predicadores (Frailes
Dominicos, Hermanas Dominicas, y las fraternidades Dominicas).
Porque no tener presente también a nuestra Madre Rosaura, inspirada por el Espíritu Santo, hace 125 años, quiso seguir el modo de vida de Santo Domingo.
Santo Domingo, predico la Palabra de Dios, nos enseñó un modo de orar, nos enseñó a rezar el Rosario, se dedicó al estudio, ejerció la caridad y denuncio las injusticias hacia los más pobres.
“Ustedes son la sal de la
tierra”
Han pasado 8 siglos, y Domingo, con su Familia
Dominicana, sigue predicando como “sal de la tierra y luz del mundo…”
Leemos la
Buena Noticia según San Mateo (Mt 5,13 – 16)
Ustedes son
la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad construida sobre un monte.
No se
enciende una lámpara para meterla en un cajón, sino que se pone en el candelero
para que alumbre a todos en la casa.
Brille
igualmente la luz de ustedes ante los hombres, de modo que cuando ellos vean
sus buenas obras, glorifiquen al Padre de ustedes que está en el cielo.
No piensen
que he venido a abolir la ley o los profetas. No viene para abolir, sino para
cumplir. Les aseguro que mientras dure en el cielo y la tierra, ni una letra,
ni una coma de la ley dejará de realizarse.
Por tanto,
quien quebrante el más mínimo de estos mandatos y enseñe a otros a hacerlos
será considerado el más pequeño en el reino de los cielos. Pero quien lo cumpla
y lo enseñe será considerado grande en el reino de los cielos.
Palabra de Dios
REFLEXIÓN:
¿Qué nos dice hoy un santo como Santo Domingo de
Guzmán?
Por eso, celebrar la fiesta de un santo no es solamente un recuerdo del pasado. Implica también el compromiso con el presente y nos exige una respuesta sobre la fidelidad a la gracia que nos fue dada con tanta generosidad. Domingo de Guzmán nos recuerda que en el corazón de la Iglesia debe arder siempre un fuego misionero, que empuja, como a él, a buscar nuevos horizontes en nuestras vidas, en nuestras relaciones humanas, en nuestros compromisos cristianos, donde estamos y donde vivimos… para llevar el anuncio del Evangelio: ¡es Cristo, de hecho, el bien más precioso que los hombres y las mujeres de todo tiempo y de todo lugar tienen el derecho de conocer y amar! Y es consolador ver cómo también en la Iglesia de hoy son tantos los que, con alegría, comprometen su vida por este ideal: anunciar y dar testimonio del Evangelio, o con palabras dominicanas: “contemplar y entregar los contemplado”.
A Domingo de Guzmán se asociaron después otros,
hombres y mujeres, atraídos por la misma aspiración de “alabar, bendecir y predicar”,
mediante la oración, el estudio, la comunidad y la predicación.
Desde agosto de 1221, en que murió en la ciudad de
Bolonia, han pasado muchos años…, 800 años en 2021… ¿Seremos capaces de seguir
actualizando “con nuevos horizontes” su vida y carisma de
predicación como testigos creíbles de la Palabra de Dios?
Hermanos, que la vida de Domingo de Guzmán nos empuje a todos, y más como Familia Dominicana, a ser fervientes en la oración, valientes en vivir la fe, profundamente comprometidos con Jesús. Y que, por su intercesión, pidamos a Dios que enriquezca siempre a la Iglesia con auténticos predicadores del Evangelio.
Fray Carmelo Preciado Medrano O. P.
Convento de San Pablo y San Gregorio (Valladolid)
Santo Domingo de Guzmán
¡Ruega por nosotros!