Hola chicas/os, retomamos el trabajo sobre derechos de niñas, niños y adolescentes, deben leer la noticia, investigar y responder.
Fecha de entrega martes 15/09; mail: munozhdario@gmail.com
Los derechos vulnerados de los niños
Alejandra Perinetti*
SÁBADO 11
AGOSTO, 2018
Recientemente se conocieron los
resultados del estudio (In)equidades en el ejercicio de los derechos de niños y
niñas. Derechos humanos y sociales en el período 2010-2017 que pone en escena
la delicada situación en la que se encuentran los niños en nuestro país. Más de
ocho millones sufren algún tipo de vulneración en sus derechos. De ese total más
de cinco millones pasan hambre o no acceden a los nutrientes necesarios para
desarrollarse. Como uno de los datos más alarmantes del informe se desprende
que el 48% de los niños, niñas y adolescentes son pobres en términos de
ingresos y al interior de este grupo, el 10% se encuentra en situación de
indigencia. La situación es dramática cuando se piensa y evalúa qué significa
crecer en la pobreza. Existe un consenso generalizado en torno a que vivir en
un ambiente cálido y libre de contaminación, adquirir los nutrientes necesarios
para el desarrollo pleno, acceder a los controles de salud, contar con
vestimenta adecuada, asistir a clases y tener espacios de juego y recreación,
contar con protección e información de los adultos son aspectos básicos y fundamentales
para garantizar a cualquier niño o niña la posibilidad de una vida digna. Tanto
es así que están reconocidos como derechos por leyes nacionales e
internacionales para ser resguardados. Muchas veces somos testigos de grandes
declaraciones sociales sobre el futuro que deseamos construir como sociedad, la
posibilidad de cambio, el país que dejaremos a las generaciones futuras. No obstante,
en la práctica, la realidad es diferente y juega otra batalla. En Argentina hay
más de cinco millones de niños que pasan hambre o no acceden a los nutrientes
necesarios para desarrollarse y eso es un eslabón más en la cadena de
desigualdades y vulneraciones a los que quedan expuestos. No recibir la
adecuada alimentación genera consecuencias negativas y devastadoras en la salud
y el desarrollo cognitivo. Millones de niños que no solo son afectados en el presente,
sino que ven condicionadas sus posibilidades futuras. Como si no fuera
suficiente, crecer en la pobreza es además convivir con el estigma social, con
mayores posibilidades de ser víctima de violencia institucional y de trato
desigual. Se construye así un entramado perverso de déficit de alimentación,
salud y educación que se reproduce una y otra vez con mayor profundidad. La
mirada de un niño que crece en la pobreza es diferente, está teñida de
preocupaciones del mundo adulto. Los niños ven, en la medida de sus
posibilidades y desarrollo evolutivo, cómo las estadísticas se actualizan en su
realidad. No son ajenos y no están a salvo, porque comer un plato de comida se
ata a las posibilidades de que el adulto con quien conviven consiga una changa
ese mismo día; porque entiende que si se da el milagro de un trabajo –formal o
informal– para los adultos de su hogar, significará que deban quedarse a cargo
de los niños más pequeños de la familia y faltarán a la escuela hasta que las
inasistencias acumuladas configuren un retraso en la incorporación de
contenidos imposible de equilibrar. Se enfrentan a una decisión crítica:
asistir a clase o contribuir a la estrategia de supervivencia familiar que les
permita comer y atravesar un día más. Así la pobreza se retroalimenta y
reproduce sin piedad. Millones de niños y familias atrapados en una espiral de
desigualdad que la ausencia del Estado propició y que aún hoy no parece ser capaz
de interrumpir a tiempo. Si esta situación no se revierte es altamente probable
que los millones de niños que viven en la pobreza hoy se conviertan en millones
de adultos en la misma situación. Es urgente actuar para cambiarlo y hacerlo
desde la perspectiva de derechos. Es imprescindible que el Estado se involucre
y tome la decisión correcta con la asignación de presupuesto y la
implementación de políticas públicas que incluyan y garanticen igualdad de
oportunidades. *Directora Nacional de Aldeas Infantiles SOS Argentina. (Fuente www.perfil.com).
Investiguen en que situación se encuentran las niñas y niños en Latinoamérica., Elijan un país distinto a la argentina y busquen el porcentaje de niñas/os en hogares pobres, porcentaje de niñas/os que no concurren a la escuela. Por último que políticas se llevan en ese país, sobre pobreza en la infancia.
Responder:
¿Qué consecuencias negativas consideran
que puede traer estar mal alimentados?
¿Están de acuerdo con que crecer en la pobreza genera un estigma social? ¿Por qué?
#YOMEQUEDOENCASA