La semana pasada les dejé un acertijo
para pensar la relación entre los cuentos que leímos y unas pinturas de
Magritte, ¿se acuerdan? Ariana, Micaela, Kevin y Sofía arriesgaron sus
explicaciones y son los ganadores. ¡Felicitaciones!
Ahora bien, ¿cómo se resolvía el acertijo?
La idea era buscar qué característica comparten los cuentos que leímos, siendo
que, al mismo tiempo, esa característica es lo que los diferencia de las pinturas
de Magritte. Y esa característica es lo real. Si miran bien las pinturas, todas
son fantasiosas, irreales (o, para usar una palabra más precisa: surrealistas),
es decir, cuestionan lo real: una pluma sostiene la torres de Pisa, un tren
sale de una chimenea, un paisaje pintado se confunde con el paisaje real
que se observa tras una ventana.
En cambio, los cuentos que hemos leído hasta ahora (“Primer amor”, “La fiesta ajena”, “Final del juego”, “Conejo”) son cuentos que relatan hechos creíbles, verósimiles, que podrían ocurrir en nuestro mundo. Son cuentos realistas. ¿Significa esto que estén basados necesariamente en hechos reales? ¡No! Sin embargo, los personajes y los conflictos que se presentan en estos cuentos son posibles en muestro mundo. Un chico que se enamora de una chica malvada que no lo corresponde, una chica que asiste a un cumpleaños como sirvienta (aunque ella crea lo contrario), tres chicas que juegan en el horario de la siesta y cuyas vidas cambian cuando alguien se mete en el juego, un chico que atraviesa una situación familiar complicada: tanto los protagonistas de los cuentos como los conflictos a los que se enfrentan reflejan el mundo real, cotidiano.
Hoy les traigo para leer el próximo cuento: “Isis”, de la escritora argentina Silvina Ocampo. No les adelanto mucho más. Les pido que lo vayan leyendo (¡es súper corto, se lee rápido!) y, una vez que lo hagan, nos encontramos en Telegram para charlar: ¿les parece que el cuento es realista? ¿Por qué? ¿Qué cosas les permiten darse cuenta?
En cambio, los cuentos que hemos leído hasta ahora (“Primer amor”, “La fiesta ajena”, “Final del juego”, “Conejo”) son cuentos que relatan hechos creíbles, verósimiles, que podrían ocurrir en nuestro mundo. Son cuentos realistas. ¿Significa esto que estén basados necesariamente en hechos reales? ¡No! Sin embargo, los personajes y los conflictos que se presentan en estos cuentos son posibles en muestro mundo. Un chico que se enamora de una chica malvada que no lo corresponde, una chica que asiste a un cumpleaños como sirvienta (aunque ella crea lo contrario), tres chicas que juegan en el horario de la siesta y cuyas vidas cambian cuando alguien se mete en el juego, un chico que atraviesa una situación familiar complicada: tanto los protagonistas de los cuentos como los conflictos a los que se enfrentan reflejan el mundo real, cotidiano.
Hoy les traigo para leer el próximo cuento: “Isis”, de la escritora argentina Silvina Ocampo. No les adelanto mucho más. Les pido que lo vayan leyendo (¡es súper corto, se lee rápido!) y, una vez que lo hagan, nos encontramos en Telegram para charlar: ¿les parece que el cuento es realista? ¿Por qué? ¿Qué cosas les permiten darse cuenta?
Saludos y buena semana,
Prof. Ángeles