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FECHA LIMITE DE ENTREGA : 23/03/20
RESPONDER EL CUESTIONARIO Y ENVIAR CON CARÁTULA EN FORMATO WORD A: ribada.emanuel@gmail.com
LAS TIC EN EL HOGAR
La difusión de las TIC y la transformación del hogar
se dan, a su vez, en el marco de cambios en las relaciones sociales. Todos los procesos de transformación tienen un
amplio alcance, dado que alteran las nociones de tiempo y espacio de los
sujetos, crean nuevos lenguajes y reestructuran tanto las relaciones de poder
como la estratificación social (Albornoz y Suárez, 1988: 64). Por ejemplo, la
tendencia a la personalización, la redefinición de lo público y lo privado, el
cambio en la relación entre padres e hijos, la proliferación de identidades y
una mayor vinculación con imaginarios globales son algunos de los aspectos
contextuales que pueden observarse en el hogar conectado.
Una constante en la historia de las invenciones es la
aparición de lecturas polarizadas. Por un lado, está la postura conservadora,
según la cual cada invento viene a destruir y reemplazar algo preexistente: la
radio al periódico, el cine al teatro, la televisión al cine y la computadora a
todos los anteriores. Por el otro, está la postura excesivamente optimista,
según la cual la innovación derramará el bien por sobre toda la humanidad; por
ejemplo, los robots liberarán a los hombres de los trabajos más pesados y
garantizarán la producción de alimentos y otros bienes.
Pues bien, nada de eso ha sucedido. Sin embargo, ese
tipo de lecturas siguen proliferando y el desarrollo de las TIC es ejemplo de
ello. Se pronostica desde la decadencia de la lengua por culpa del SMS, hasta
una revolución ecológica bajo el argumento de que los textos digitales
reducirán la tala de árboles para hacer papel.
En todos los casos, la prudencia aconseja tomar una
postura intermedia, que valore y saque provecho del desarrollo tecnológico y,
al mismo tiempo, sea capaz de contemplar y reducir/evitar sus posibles efectos
nocivos.
Siguiendo a Francisco Suárez (Albornoz y Suárez, 1988:
70-71), a efectos analíticos podemos aislar el proceso de desarrollo de estas
tecnologías y distinguir cuatro tendencias que tuvieron lugar en un breve
periodo histórico. La primera es una progresiva disminución de los costos de
producción, sin parangón en la etapa industrial, lo que favorece la
diseminación de estas tecnologías en múltiples ámbitos. La segunda consiste en
la simplificación y el mejoramiento tanto del hardware como del software,
ofreciendo equipos y aplicaciones con mayor potencia y, al mismo tiempo, más
fáciles de utilizar por parte de los usuarios. Una tercera tendencia es la
creciente diversificación de los ámbitos de aplicación de estas tecnologías,
desde los servicios, la producción industrial y agropecuaria, hasta la salud,
la educación y el entretenimiento, entre otros. La cuarta involucra el
incremento incesante de personas que se capacitan y/o dominan estas
tecnologías, muchas de ellas bajo la convicción de que su conocimiento
representará un cambio significativo en sus vidas.
Es decir, en un breve lapso de tiempo, la tecnología
dejó de ser cara y compleja, y se volvió barata, manejable y poderosa.
Puede decirse que las primeras generaciones de
usuarios de PC fueron, en gran medida, autodidactas. Si bien estos usuarios
pudieron haber contado con la ayuda de alguien con mayores conocimientos, lo
cierto es que los primeros encuentros entre las personas y las computadoras
personales se desarrollaron por fuera de marcos institucionales formales, como
podrían ser la escuela y los institutos de formación en informática. Por lo
tanto, el hogar ha sido un espacio muy importante para la “alfabetización
digital” masiva. Y, más importante aun, buena parte de estos usuarios eran
niños y jóvenes que se familiarizaron rápidamente con el entorno gráfico y la
funcionalidad de los sistemas operativos.
Los primeros usos domésticos de la PC tenían que ver
con el uso de herramientas ofimáticas (procesador de texto, planillas de cálculo,
presentación de diapositivas, etcétera), los videojuegos y algunos otros
programas específicos. Con las primeras conexiones a Internet los usos se
multiplicaron, dada la masificación del uso del e-mail y el chat, el auge de
los portales y, en definitiva, el “descubrimiento” individual del ciberespacio.
Sin embargo, esas primeras conexiones eran inestables y lentas, a tal punto que
cargar una imagen podía tardar varios segundos y una página, minutos. Además,
las empresas telefónicas cobraban un monto por pulsos, con lo cual el usuario
nunca sabía con certeza cuánto iba a tener que abonar a fin de mes. Más aun, la
línea telefónica quedaba inutilizable durante la conexión. En cambio, con la
llegada de la banda ancha se ofrecieron abonos mensuales fijos, con una
conexión mucho más estable, las 24 horas del día, sin interrumpir la señal
telefónica y con una velocidad considerablemente mayor. Así, las posibilidades
crecieron enormemente: los programas para compartir archivos hicieron posible
la circulación prácticamente incontrolable de música, programas, películas y
distinto tipo de archivos. En paralelo, el rendimiento y la oferta de
procesadores, memorias y discos rígidos disponibles en el mercado fue mejorando
y a precios accesibles. Ahora bien, ¿qué pasa en los hogares cuando se adquiere
una computadora?, ¿qué nuevas relaciones surgen, por un lado, entre los
miembros del grupo familiar y, por el otro, entre los distintos miembros y el
afuera? Estos interrogantes –que responden a fines heurísticos– demandan un
abordaje de tipo cualitativo, por lo cual nos basaremos parcialmente en un
estudio empírico sobre la relación entre las TIC y el hogar.
Rosalía Winocur, doctora en antropología, sostiene que
“cuando la computadora e Internet son incorporadas en el hogar, involucran a
todos los miembros de la familia aunque no todos sean usuarios” (2011: 11),
dado que la vida cotidiana está plagada de referencias al uso de la red. La
investigadora hace referencia a dos cuestiones importantes. La primera es que
generalmente la PC llega al hogar como una demanda de los miembros más jóvenes
de la familia, pero la decisión sigue siendo de los adultos, que suelen
depositar esperanzas en que la computadora ayudará a que aquellos tengan
mayores herramientas para afrontar la educación y, posteriormente, el mercado
laboral.
La segunda tiene que ver con la diferencia que la
computadora introduce en la comparación con la domesticación de la radio o el
televisor. Mientras que estos dos últimos no requieren capacidades demasiado
específicas para su goce, para el uso de la PC es necesario contar con ciertas
competencias. Por empezar, la PC excluye a las personas analfabetas. Luego hay
toda una serie de capacidades que tienen que ver con dominar e incorporar el
lenguaje interactivo propio de las TIC (desde el uso del mouse hasta la noción
de ícono).
De allí que la computadora no sea incorporada de la
misma manera que la TV o la radio, medios que habilitan un uso colectivo (una
familia entera puede ver o escuchar el mismo programa). La PC, salvo algunas
excepciones (como pueden ser los videojuegos), no puede ser utilizada por dos
personas al mismo tiempo. Es decir, constituye un recurso personalizado de
comunicación. Más aun, de alguna manera redefine los límites de lo público y lo
privado al crear vínculos virtuales. Para decirlo en palabras de Castells, la
conexión de Internet superpone el espacio de los flujos con el espacio de los
lugares. El hogar deja de ser un espacio de privacidad reservado exclusivamente
a la familia, y se convierte en un nodo de la red de redes. Los otros, la
escuela y el trabajo se extienden sobre el ámbito doméstico a través del chat,
los buscadores y el e-mail.
Por otro lado, Winocur afirma que la necesidad de
contar con habilidades específicas y el hecho de que el uso de la PC sea
predominantemente individual, generan conflictos de intereses y de poder. Por
ejemplo, las habilidades de los hijos y las dificultades de los adultos “crean
un nuevo marco de relación donde la dependencia de los segundos respecto de los
primeros suele revertir las dinámicas de poder tradicionales en el seno de las
familias” (2011: 12-13). Esto no quiere decir que la autoridad y el respeto
desaparezcan, sino que las nociones de autoridad y respeto cambian.
Muchas de las cuestiones señaladas para la PC también
son válidas para otras tecnologías de la información y la comunicación (la
tablet, el e-book, el cajero automático, etcétera). La investigadora marca las
diferencias que introduce el celular respecto a la telefonía fija: si esta
sigue anclada a un lugar y al conjunto familiar, “el celular, particularmente
en el caso de los jóvenes, alude a una infinidad de conexiones on line y off
line en su propio territorio personal, móvil y virtual” (2011: 12).
Las referencias constantes a los niños y jóvenes entre
los usuarios de las TIC no son, desde ya, mera casualidad. La mayor facilidad
que niños y jóvenes parecen haber mostrado para adoptar estas tecnologías ha
dado lugar a la noción de nativos digitales. La expresión es atribuida al
norteamericano Marc Prensky, y ha tenido una gran difusión entre los analistas
y el campo académico. No tiene una definición demasiado precisa, pero puede
decirse que básicamente designa a todos aquellos nacidos en las últimas dos o
tres décadas y que han crecido teniendo acceso a una computadora. El contacto
desde temprana edad con la PC facilitaría cierto conocimiento intuitivo para
manejar las TIC y sus interfaces: “el nativo viene con el ciberespacio
incorporado” (Finquelievich y Prince, 2007: 28).
Sin embargo, la noción ha sido objetada por otros
autores que han marcado algunos inconvenientes. Por empezar, la idea de nativos
digitales generó, por contraste, la idea de inmigrantes digitales, es decir,
generaciones enteras que no pertenecerían al mundo de las computadoras y del
ciberespacio. Ello puede conducir a una idea fatalista, según la cual no habría
forma de que los adultos puedan aprender a usar las tecnologías con facilidad.
Por otro lado, al considerar solamente la variable generacional, la noción deja
todo un conjunto de variables fuera de análisis, tales como la desigualdad
económica y otras cuestiones generalmente asociadas (capital cultural, nivel
educativo, etcétera). No es cierto que todos los niños y jóvenes tengan un
conocimiento “intuitivo”; de hecho, una gran parte de la población mundial
juvenil se encuentra marcada por altos niveles de vulnerabilidad social (véase
texto aparte). El ciberespacio también tiene excluidos.
Para analizar las diferencias en el acceso a las TIC
ha surgido la expresión ‘brecha digital’ (ver pastilla), que se define como la
diferencia que existe entre las personas o colectivos que utilizan las TIC como
una parte rutinaria de su vida diaria, y aquellas que no tienen acceso a las
mismas o no saben cómo utilizarlas (Serrano y Martínez, 2003). La brecha puede
deberse principalmente a cuestiones socioeconómicas, de alfabetización o de
acceso. Y dado que tiende a reproducir o ampliar las desigualdades, la
necesidad de que los gobiernos intervengan con políticas públicas específicas
se vuelve imperiosa, ya que las oportunidades futuras se definirán en función
de los procesos actuales.
Luego de leer el texto responde las
siguientes preguntas:
1.
En qué consisten los
siguientes términos:
a.
Alfabetización digital
b.
Nativos digitales
c.
Inmigrantes digitales
d.
Brecha digital
2.
¿Cuáles son las
tendencias que tuvieron las TIC en los hogares en un breve período?
3.
¿Cómo fue evolucionando
la conexión a internet?
4.
¿Qué crees que sucede
con las relaciones en un hogar cuando se tiene acceso a internet y a
dispositivos como Tablet, PC, celulares teniendo en cuenta que estos
dispositivos son personalizados?
5.
¿Qué dificultades
observas que poseen los inmigrantes digitales cuando utilizan un Tablet, PC o
celular con acceso a internet? Nombrar y explicar (MÍNIMO TRES).
6. Muchas generaciones
vieron desaparecer diversas tendencias o dispositivos tecnológicos (TV blanco y
negro, CD de música, reproductor de VHS, disquete, fotolog) que fueron
reemplazados por otros. ¿qué tendencias o dispositivos tecnológicos has observado
desaparecer y por cuáles fueron reemplazados? Nombrar tres.